El único heredero. Carlos Pérez Turco

Por Aurelio García

Aurelio nació un 25 de septiembre de 1941 en la Provincia de Santa Fe. Casado, con cuatro hijos y seis nietos. Hincha de Boca. Militante de toda la vida. Se desempeñó en la actividad política, gremial y social. Entre los años 2013 – 2015 completó sus Estudios Secundarios con el plan FINES y entre el 2016 y el 2019 realizó la Tecnicatura de Política, Gestión y Comunicación en la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV)

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Esta es una zoncera por inversión del concepto de “revolucionarios en el decir y dictadores en el hacer” y la descubrí durante mi accionar en un Sindicato (en plena dictadura militar encabezada por quién pretendía ejercer el poder por 20 años) en una época de acontecimientos internacionales y nacionales – Mayo Francés, Cordobazo – que incentivaron nuestro accionar militante y solidario. En qué consistía: la conducción del gremio me encargó que, junto a un entrañable compañero, nos abocáramos a la tarea de formar y organizar la Juventud Sindical de los trabajadores que adherían al sindicato.

Comenzó entonces una de las tareas colectivas más hermosas que me tocó protagonizar. A nuestra convocatoria concurrieron Delegadas/os, miembros de Comisiones Internas, Activistas de numerosos establecimientos que integraban nuestro sindicato. Nuestra actividad consistió en intercambiar ideas, experiencias y objetivos en reuniones informativas, deliberativas y resolutivas.

Nuestra presencia y protagonismo en Plenarios de Delegados y Asambleas Generales del Gremio fue en aumento. En todas estas reuniones nuestro apoyo a la conducción del gremio fue constante.

La conducción de nuestro sindicato enfrentada a lo que en su momento se denominaba Burocracia Sindical, cuando la CGT decretaba “Paros Materos” nuestra entidad en Plenario de Delegados y Activistas convocados al efecto, decretaba “Paros Activos”, la mayoría nos concentraba en Parque Chacabuco y Parque Lezama.

Hasta que, en ocasión de un hecho memorable que se realizaría el 31 de agosto de 1973 en la CGT, ocasionó lo que en mi humilde opinión fue un antes y un después.

Así fue, en un Plenario de Delegados y Activistas convocado para el 28 de agosto de 1973 la conducción del gremio, con el apoyo de los sectores de izquierda propuso la realización de un Paro por 24 horas para no sumarse a la convocatoria de la CGT. Por primera vez, la moción de la conducción fue derrotada por el protagonismo de la Juventud que votó por la presencia activa de sus integrantes en la convocatoria que realiza la CGT para homenajear al –hasta hoy – único Presidente Constitucional electo tres veces por el voto de los ciudadanos de nuestro hermoso País.

Es necesario aclarar que nuestra presencia en dicho evento fue masiva. Otra, partimos desde la puerta de nuestro sindicato. Este pequeño resumen es el antes.

La conducción del gremio me responsabilizó por estos hechos. Aclaro que durante todo este lapso de tiempo, fui colaborador de la Secretaría de Organización sin tener cargo electivo alguno.

Durante el mencionado plenario, estuve en la mesa de conducción y el protagonismo que realizó la Juventud para derrotar la postura de la conducción fue espontánea y desconocida por quien relata. El 28 de Septiembre, la conducción del gremio realiza una reunión ampliada de Comisión Directiva para juzgarme. Así, quién les habla, se sentó en el banquillo de los acusados.

La recriminación casi totalitaria fue que no cumplí con las directivas emitidas por la Conducción, que le hice el juego a la “Burocracia”, entre otras acusaciones. Mi respuesta fue terminante: solo me limité a cumplir las consignas que constantemente predicaba la conducción. Esto es, predicar, organizar y fundamentalmente escuchar a la base. Mi renuncia fue inmediata. A los compañeros de la Juventud no les permitieron seguir reuniéndose en las instalaciones del Sindicato. El Secretario Gremial, el Secretario de Actas, un Vocal Titular y otro colaborador se solidarizaron y también renunciaron a la Secretaría Gremial. Como éramos dos los responsables de formar y organizar a la Juventud, en dicha reunión preguntaron por el otro compañero, que en esa época estaba enfermo, a quién desligué por completo de lo ocurrido en el mencionado plenario. Esto es el después.

Espero que me comprendan, esta zoncera, fue una experiencia inolvidable, y forma parte de un derrotero que a través de los años potenció una gran utopía que tardó 18 años en concretarse.

¿Cómo se explica que luchando por el regreso del Líder, cuando esto se produce, te pones en contra?

Otra; quienes denotaban a la “Burocracia Sindical”, hace 36 años conducen ininterrumpidamente un Sindicato.

¿Será apropiada para esta zoncera aquella frase “mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar''?.

¿Ud., qué piensa?