Hacia un nuevo Paro Internacional de Mujeres, Entrevista a Flavia Toscano, economista, trabajadora estatal y docente de Foro de Pensamiento Crítico
Flavia Toscano es una de las docentes que colabora en el área económica del Foro de Pensamiento Crítico. Economista, madre, trabajadora y militante sindical, conjuga en su vida lo que ella llama “un combo explosivo”: trabajo, militancia y maternidad.
Trabajadora estatal desde hace varios años sostiene con firmeza y sin rodeos: “Amo profundamente el estado, y creo profundamente en su rol transformador” Nos cuenta además: “Trabajé siempre en el ámbito estatal: primero para el gobierno de la ciudad en el Instituto de Vivienda, luego en el Ministerio de Ciencia de la Nación y ahora estoy trabajando en el Congreso de la Nación”
Desde adolescente Flavia participa de instancias colectivas y políticas. “Milité casi toda la vida: desde el centro de estudiantes del secundario hasta el ámbito universitario, hasta mi participación actual en el mundo sindical. Desde esta última identidad me gusta militar: como trabajadora del estado; siempre en el ámbito nacional y popular”
En el marco de un nuevo Paro Internacional de Mujeres conversamos con ella para que nos cuente cuáles son algunas de las problemáticas más urgentes y algunos de los principales desafíos que enfrentan las compañeras trabajadoras dentro del ámbito estatal y dentro el mundo sindical.
¿Cuáles son los principales desafíos (en términos de reconocimiento de derechos y en pos de garantizar mayores pisos de equidad) que enfrentan las compañeras trabajadoras hacia dentro de la gestión estatal y hacia dentro del sector sindical?
Los desafíos para las trabajadoras en el ámbito estatal no difieren mucho del ámbito privado. Hablamos de dos puntos: el desarrollo de la carrera profesional y la disparidad salarial. Tal vez una característica propia del ámbito estatal es que hay muchas tareas “feminizadas”que se ven de forma más explicita. La proporción de trabajadoras mujeres en el Estado es mayor a los varones. y muchas de las tareas que ellas realizan están asociadas al cuidado. Por ejemplo: las trabajadoras del ministerio de desarrollo social o el ministerio de salud, todas están asociadas a una cuestión de cuidado, tareas muy feminizadas y peores pagas que en otros ámbitos dentro del mismo Estado. Entonces ahí se puede ver una desigualdad propia o característica del Estado: trabajo muy feminizado (y mal remunerado) y ademas de eso una gran desigualdad con el salario del hombre. Esto último muy vinculado a la posibilidad de desarrollo de una carrera, lo que se liga con la posibilidad de ascender a puestos de mayor responsabilidad (acá entra en juego el par: mayor responsabilidad – mayor formación). Y esto a su vez esta íntimamente ligado al mandato social que tenemos como mujeres de tener que hacernos cargo de todas las tareas de cuidado en nuestras vidas personales: cuidar de los hijos o cuidar de personas mayores. Entonces eso que es una característica transversal a todas las mujeres se manifiesta en el Estado, por ejemplo, en el hecho de ver pocas mujeres en puestos de jerarquía institucional.
Por otro lado una cuestión que atraviesa a las mujeres de manera transversal, en cualquier ámbito, es la violencia: violencia que sufrimos por el solo hecho de ser mujeres. En enero y febrero de éste año hay casi 70 casos de mujeres asesinadas, la mayoría en manos de un familiar directo, o de una pareja o ex pareja; y casi el 60% de los femicidios fueron en el ámbito del hogar.
Tareas de cuidado y desigualdad salarial en el ámbito del Estado
¿Cómo afecta en el salario de las mujeres esa desigualdad en la distribución de las tareas de cuidado que antes mencionabas?
Durante la gestión del macrismo se incorporó, dentro del ámbito de lxs trabajadorxs del Estado Nacional, un incentivo salarial llamado presentismo. Como durante el macrismo no hubo desarrollo de políticas publicas, una forma de denostar y estigmatizar al trabajador estatal fue no asignarle tareas. Y el incentivo del presentismo vino a profundizar esa denigración: por el solo hecho de ir a cumplir horario, sin tener tareas asignadas, te pagaban más. En una primera instancia cuando se implementó el presentismo la única licencia que reconocían era por vacaciones (la licencia anual ordinaria). Por lo que una tenía situaciones de compañeras trabajadoras que se enfermaban alguno de sus hijos y que se tenían que tomar la licencia por familiar enfermo y perdían el presentismo. Entonces ahí se hacía explicita la enorme desigualdad salarial que se generaba con el varón que sí lo cobraba.
¿Pudo la lucha sindical revertir ésta situación?
La lucha del sindicato pudo lograr ampliar las licencias consideradas para que igualmente paguen el presentismo; con lo cual ahí se pudo avanzar minimamente. Pero más alla de eso ahí se ve un claro ejemplo de cómo la desigualdad salarial se manifiesta de forma clara en a las trabajadoras mujeres. Porque esa medida afectó fundamentalmente a las mujeres que tienen a su cargo tareas de cuidados impuestas por mandato social.
Por otro lado a partir de la lucha sindical se han podido incorporar, en el ámbito de la negociación colectiva, las licencias por violencia de género. Esto ha permitido que se hayan establecido protocolos para abordar y prevenir esas situaciones de violencia cotidiana y poder detectarlas antes de llegar a los desenlaces tan trágicos que ya conocemos. Al estar contemplado en el ámbito laboral se pueden abordar.
Por otro lado otra cuestión que se intenta , que aun no se ha logrado, es incorporar licencias que permitan una distribución más igualitaria de los cuidados. La semana pasada se incorporó al convenio 214, (el general que abarca a la mayor parte de lxs trabajadorxs en el ámbito estatal nacional) las franquicias horarias para todo lo que sea las adapataciones de lxs niñxs en los jardines. Y también para los actos escolares.
Estos son pequeños avances pero realmente muy importantes, porque te alivian la vida cotidiana.
Otra de las políticas que son centrales para esta cuestión del cuidado es la de brindar la posibilidad de los jardines maternales. Muchos organismos los tienen. No todos, pero se fueron incorporando en algunos edificios de los más nuevos. Quizás la problemática ahí es la falta de vacantes y la necesidad de ampliar las mismas.
Las mujeres en el mundo sindical
Y en cuanto al ámbito sindical, ¿qué desafíos afrontan las compañeras?
Los desafíos son muchos. Hay muchísimas mujeres sindicalistas pero nos cuesta mucho llegar a lugares de decisión. Si hay una ámbito que es profundamente masculino es el sindical. En el ámbito de los trabajadores del Estado se ve mucho esta dificultad. Como antes dije, la mayoría de la población empleada en el Estado Nacional son mujeres y no se ve esa representación en los cargos sindicales de mayor jerarquía.
Por ejemplo hay poca representación de mujeres en una mesa paritaria, que es el espacio donde, entre otras cosas, se negocian las licencias de las que hablábamos más arriba. Entonces quienes negocian esas licencias terminan siendo hombres, cuando es una problemática que fundamentalmente atraviesa a las mujeres.
Junto con otra compañera fuimos las primeras dos delegadas mujeres en la junta interna del Ministerio de Ciencia; y en el momento en el que tuve la posibilidad de acceder a otros puestos de conducción dentro de la estructura del sindicato fui totalmente combatida y de muy mala manera. Me han llegado a decir en la cara “vos quédate, dejanos que nosotros lo resolvemos”.
Por lo tanto son muchos los desafíos hacia dentro del mundo sindical. Pero de a poco se va logrando una mejora. Se van creando espacios institucionales como áreas de género o secretarías de la mujer en muchos sindicatos del ámbito estatal y privado, lo que muestra el avance de las compañeras; así como también el incremento de la participación y el debate por fuera de esos espacios institucionales. Seguimos en desventaja con respecto a los varones, pero estamos en un buen momento y hay un muy lindo movimiento. Ya el hecho de reconocernos como sindicalistas trabajadoras mujeres es un gran avance.
Hacia un nuevo paro internacional de mujeres
¿Cuales son las las consignas que las trabajadoras del Estado pondrán en la calle el lunes?
“Vivas libres y desendeudadas nos queremos” es una de las consignas que de alguna manera sintetiza toda la problemática que atravesamos las mujeres en diferentes ámbitos. Vivas y libres siempre estuvo. La idea de desendeudadas se vincula a los 4 años de macrismo que nos atravesaron y que castigó con mayor virulencia a las mujeres, y más aun a las mujeres a cargo de la familia.
Otra consigna es la que impulsa el Ministerio de la Mujer:“Nosotras movemos el mundo”. Consigna que habla de la vinculación entre el Estado y las problemáticas de género.
La política novedosa del actual gobierno de crear el Ministerio de la Mujer es muy importante. Traducir las luchas a un ámbito institucional permite que desde ahí se puedan impulsar políticas publicas para construir una sociedad más justa y más igualitaria, que nos contenga en toda nuestra diversidad.
Por último vamos a seguir firmes con una consigna que año tras año viene tomando una fuerza arrolladora: y es la lucha por la legalización del aborto, lucha que venimos sosteniendo en la calle con una firmeza que emociona y que sin duda que éste año la transformaremos en ley.