En el marco del taller de Historia coordinado por Carina Murua y Mireya Dávila Brito se llevó adelante la ceremonia de celebración, entrega de ofrendas y agradecimientos a La Pachamama. El ritual tuvo lugar en el predio de la UTN-Avellaneda y la encargada de llevarlo adelante fue la compañera Norma Méndez, quien auspició de guía para quienes participaban de la ceremonia por primera vez.
Entre las ofrendas se podían ver frutas y verduras de todo tipo, semillas, porotos, legumbres, papel picado, cerveza, cigarrillos, vino y las infaltables hojitas de coca.
¿Tiene dueño la tierra? ¿Cómo así? ¿Cómo se ha de vender? ¿Cómo se ha de comprar? Si ella no nos pertenece, pues. Nosotros somos de ella. Sus hijos somos. Así siempre, siempre. Tierra viva. Como cría a los gusanos, así nos cría. Tiene huesos y sangre. Leche tiene, y nos da de mamar. Pelo tiene, pasto, paja, árboles. Ella sabe parir papas. Hace nacer casas. Gente hace nacer. Ella nos cuida y nosotros la cuidamos. Ella bebe chicha, acepta nuestro convite. Hijos suyos somos. ¿Cómo se ha de vender? ¿Cómo se ha de comprar? [E. Galeano]
Durante la ceremonia Sergio Aschero y Mirta Karp dedicaron unas coplitas a la Madre Tierra, luego del ritual hubo tiempo para compartir impresiones y sensaciones.
“Yo sinceramente estoy muy emocionada” comentó una de las compañeras. “Yo tengo una sensación de alegría y de vitalidad muy grandes” dijo otra. “La madre tierra es la que nos da todo: el alimento, los árboles, los ríos. Todo nace de ella, por eso es tan importante y fundamental para nosotros agradecerle y pedirle, hoy y todos los días del año” subrayó Norma Méndez. Y luego agregó “El ritual se practica en toda América Latina de diversas formas, no es igual en Bolivia que en Ecuador o Perú… pero lo común es el agradecimiento a la Pacha, madre de toda la vida”
Esta actividad da cuenta de la intención del foro: propiciar un espacio de aprendizaje donde saber y sensibilidad vayan de la mano.
Generar espacios para celebrar cada pequeño y cotidiano encuentro. Trazar líneas de fuga; aunar minúsculos gestos de rebeldía. Habilitar un tiempo para la ternura, para respirar hondo, tomar fuerzas y seguir la lucha.